Cada vez más el mundo se ve de forma menos directa. Cada vez más vemos el mundo a través de numerosos dispositivos que paradójicamente nos acercan al mundo de forma más inmediata pero más indirecta, menos real y más virtual. De este modo muchos de nosotros que quizas nunca llegemos a tener los medios para viajar a varias partes del mundo lo hemos conocido por medio de algún medio: un estoico atlas fortuito en la biblioteca familiar o alguna enciclopedia en la escuela. Hojear para muchos de nosotros fue sin duda el primer contacto con el mundo que ha sido y que es. Luego están las películas y los documentales en la televisión. La caja de bulbos ha evolucionado para acercarnos en alta definición los detalles que teniamos acceso cuando nos eran relatados por algún afortunado que ya había estado en el lugar.
Y hoy con al advenimiento de la era de la información nos acercamos al mundo de forma más personal y más sofisticada, pero quizá no más cierta y fidedignamente. La cuestión de la veracidad en los medios se vuelve un imperativo categórico en esta época. La Wikipedia, la organización del conocimiento más grande que se haya empredido en toda la historia de la humanidad, requiere de constantes ajustes y revisiones debido a que, de hecho, cualquier persona puede ingresar una entrada a la enciclopedia universal. No, este post no es un llamado a establecer nuevas inquisiciones ni a anónimos poderes censores. Aspira a algo más sencillo, pero más imprescindible: la crítica.
La riqueza de fuentes de información no es motivo de rechazo o advertencia fascista, al contrario, es síntoma de libertad. Sin embargo, una era de la información no es ni de cerca lo mismo que una era del conocimiento, y hacia allá dirigimos nuestros esfuerzos. La información consiste en el dato simple, fuera de contexto, de nociones sobre su origen, su función ni su intención. El conocimiento es el systema, es decir, el todo, es el dato dentro de su medio ambiente, su historia, su paradero, es el dato orgánico, la información ecológica, como se dice en ciertos círculos.
Lo que vemos con alarma es la abundancia de información, la pletórica enormidad de datos y la casi nula preocupación por cuestionar su veracidad, con las graves consecuencias que esto puede traer. Los medios de comunciación en su mayor parte, están al servicio de los poderosos, haciendolos pregonar con sistemática insistencia determinados contenidos de información, que a fuerza de ser repetidos, terminan por convertirse en verdades para una amplia capa de la sociedad que no ha podido (o no quiere) acceder a otras fuentes de información ni mucho menos a cuestionar lo que se dice en los medios.
Esta falta de capacidad crítica es peligrosa, pues justifica muchas cosas. Si las personas no son críticas y suelen creer lo que se enteran por los medios, no corroborando tales informaciones, son con mayor frecuencia objetos de múltiples y repetidos engaños. Así, por citar un grave ejemplo, vemos que lso gobiernos emprenden una lucha contra el terrorismo, y la palabra se repite infinitesimalmente todos los días, y en ese discurso agresivo, destructor, necrófilo, xenófobo, se introduce la necesidad de hacer lo que sea para luchar contra el terrorismo, por erradicarlo del mundo, porque atenta contra la libertad y la seguridad. De este modo, las personas que a diario ven noticias sobre secuestros, robos, guerras, atentados, poco a poco va entrando en temor y en ese temor estará dispuesta a aceptar las medidas que los gobiernos consideren como "necesarias" para salvaguardar esa libertad. En los Estados Unidos y en Gran Bretaña, estan medidas incluyen el hecho de que se puede detener a cualquier persona sin una orden de aprensión y sin mediación de juicio alguno, que se puede entrar a cualquier casa y revisarla sin avisos ni permisos de ninguna autoridad y que mucha información personal puede ser utilizada y revisada sin consentimiento de nadie. Cualquier parecido de lo anterior con las medidas tomadas por Hitler cuando subió al poder no son pura coincidencia.
El conocimiento, como furto de la reflexión crítica, nos hace darnos cuenta de la realidad y ver que la realidad somos nosotros y no lo que dicen los medios que somos nosotros. La crítica es un ejercicio indispensable para el conocimiento, permite observar tanto lo propio como lo ajeno, lo similar y lo diferente y transigir con ambas cosas. Nos permite ver los dos lados de la historia, que todas las historias tienen. al hacerlo nos conocemos más y conocemos mejor a los demás y a la realidad. Un escéptico no es el que no cree en nada, sino el que busca que hay detrás de lo que se dice, el que se satisface en las pruebas fidedignas y no se amilana por las dudas. Pero estos son los que menos quieren los poderosos, porque al estar despiertos, intervienen en sus formas de dominio: consumismo, moda, guerra, crisis económicas que ellos mismo causan, medio de comunicación inverosímiles....
Tú ¿te informas o generas conocimiento? ¿Confrontas tus puntos de vista o te encierras en tu enfoque o te adaptas al de los demás? Tú ¿Qué tan despierto estás? Aguas, en esto nos jugamos nuestra libertad...
Colección de miradas, recuerdos, pasiones y pensamientos durante el viaje hacia el más Lejano Occidente
domingo, 28 de diciembre de 2008
lunes, 15 de diciembre de 2008
Miles de estrellas en el boulevard
En el surgir de una ilusión, late más fuerte mi corazón:
son esas cosas maravillosas que nacen de actuar con pasión y decisión
son esas cosas maravillosas que nacen de actuar con pasión y decisión
Todo surgió en un boulevard, justo en la noche de Fin de Año. Era el paseo normal para ver la ciudad iluminada con miles de pequeñas luces antes de la cena. Y justo al pasar por la plaza principal, en medio del más hermoso valse fue que te ví. El baile comenzó al instante, las parejas inundaron el parque, tus ojos perdí de vista. Las notas de la música llenaban de calidez el alma mientras te buscaba y no te hallé, mejor aun tú a mí, justo debajo de un farol de muérdago adornado.
Y em tomaste de la mano y siguendo los compaces musicales empezamos el baile
enmedio de las estrellas del boulevard.
Bailando y mirándonos nos fuimos conociendo, con palabras simples y claros gestos,
almas en sintonía, pasión y alegría.
No terminaba un año, iniciaba una vida.
La luna subiendo está, miles de estrellas en el boulevard,
son esas cosas maravillosas que se llevan en el corazón.
Nunca pensé que podría pasar, nunca pensé que se haría realidad,
pero el milagro pasó y aqui estás hoy.
Una total y genial libertad, un sueño hecho verdad,
un pensamiento fino y singular que me hace bailar.
Un amor de verdad, magia tan especial,
que me eleva del fondo de este boulvard
y me hace a mi soñar.
Y em tomaste de la mano y siguendo los compaces musicales empezamos el baile
enmedio de las estrellas del boulevard.
Bailando y mirándonos nos fuimos conociendo, con palabras simples y claros gestos,
almas en sintonía, pasión y alegría.
No terminaba un año, iniciaba una vida.
La luna subiendo está, miles de estrellas en el boulevard,
son esas cosas maravillosas que se llevan en el corazón.
Nunca pensé que podría pasar, nunca pensé que se haría realidad,
pero el milagro pasó y aqui estás hoy.
Una total y genial libertad, un sueño hecho verdad,
un pensamiento fino y singular que me hace bailar.
Un amor de verdad, magia tan especial,
que me eleva del fondo de este boulvard
y me hace a mi soñar.
domingo, 7 de diciembre de 2008
Lost and found
Hasta las cosas más raras pueden ser encontradas en las oficinas de objetos extraviados o "lost and found" como se dice en inglés. Entre la prisa, el gentío y las distracciones los olvidos y pérdidas de los objetos más diversos son lo común en aeropuertos, estaciones de trenes, terminales de autobús, museos, cines y demás lugares públicos.
Alguna vez he tenido que hacer uso de estos servicios ya que alguna vez perdí mi cartera, alguna persona la devolvió a la escuela donde estudiaba y yo perdí la cartera a kilómetros de distancia. Si bien la anécdota es hermosa y afortunada no será el objeto este ocasión.
Si pierdo algo de mí, no algo físico, sino algo de interior, me gustaría que hubiera una oficina para ello, pero no la hay. Perder algo del interior es un proceso relativamente difícil, por contradictorio que parezca, ya que hay que esforzarse bastante para dejar atrás algo de uno. Hay que ser sistemático y consistente en olvidos, faltas de atención y llamadas de emergencia de nuestra conciencia, advirtiendo que estamos haciendo algo que no nace del corazón, sino por contingencia social. Pasado ya algún tiempo es cuando se de uno cuenta de que ya se es distinto y se ha dejado algo atrás, a veces es algo fácil darse cuenta, a veces no. Los adultos al trabajar, al entregarse al mundo de lo serio y responsable se olvidan luego de jugar y ya no es igual cuando por casualidad se ven en la posibilidad de volverlo a hacer.
Pero imaginemos que si hay una oficina de lost and found para cosas interiores ¿Qué irías a buscar? ¿Qué cosas habría en tal oficina? No se si tal fantasía genere soluciones, pero lo que si se es que de algún modo yo estuve en ella y recuperé algo que pensé que había perdido, y una lágrima rodó cuando lo encontré. Y fue precisamente esa lágrima. El llanto sincero ante los dolores del alma. El llanto de dolor por uno mismo, que nos aleja de la lástima y de la falsa condolencia y nos acerca a la verdadera compasión, a vernos con ternura y respeto, y a dolernos por las faltas y los aciertos, por los daños a nuestra propia persona, y lavar, purificar tales señas con las lágrimas.
Llorar no tiene nada de malo, la ausencia de las lágrimas por lo contrario no puede ser signo de bienestar. Las lágrimas, desde su orignen fisiológico tienen la función de limpiar, ¿por qué no dejarlas cumplir con su función?
Alguna vez he tenido que hacer uso de estos servicios ya que alguna vez perdí mi cartera, alguna persona la devolvió a la escuela donde estudiaba y yo perdí la cartera a kilómetros de distancia. Si bien la anécdota es hermosa y afortunada no será el objeto este ocasión.
Si pierdo algo de mí, no algo físico, sino algo de interior, me gustaría que hubiera una oficina para ello, pero no la hay. Perder algo del interior es un proceso relativamente difícil, por contradictorio que parezca, ya que hay que esforzarse bastante para dejar atrás algo de uno. Hay que ser sistemático y consistente en olvidos, faltas de atención y llamadas de emergencia de nuestra conciencia, advirtiendo que estamos haciendo algo que no nace del corazón, sino por contingencia social. Pasado ya algún tiempo es cuando se de uno cuenta de que ya se es distinto y se ha dejado algo atrás, a veces es algo fácil darse cuenta, a veces no. Los adultos al trabajar, al entregarse al mundo de lo serio y responsable se olvidan luego de jugar y ya no es igual cuando por casualidad se ven en la posibilidad de volverlo a hacer.
Pero imaginemos que si hay una oficina de lost and found para cosas interiores ¿Qué irías a buscar? ¿Qué cosas habría en tal oficina? No se si tal fantasía genere soluciones, pero lo que si se es que de algún modo yo estuve en ella y recuperé algo que pensé que había perdido, y una lágrima rodó cuando lo encontré. Y fue precisamente esa lágrima. El llanto sincero ante los dolores del alma. El llanto de dolor por uno mismo, que nos aleja de la lástima y de la falsa condolencia y nos acerca a la verdadera compasión, a vernos con ternura y respeto, y a dolernos por las faltas y los aciertos, por los daños a nuestra propia persona, y lavar, purificar tales señas con las lágrimas.
Llorar no tiene nada de malo, la ausencia de las lágrimas por lo contrario no puede ser signo de bienestar. Las lágrimas, desde su orignen fisiológico tienen la función de limpiar, ¿por qué no dejarlas cumplir con su función?
sábado, 29 de noviembre de 2008
Gira la Tierra y llega el Nuevo Día
Gira la tierra y llega el nuevo día
a confirmar la forma de las cosas
abriendo puertas, despertando rosas,
y dando vida al hombre que dormía.
Viene con la palabra y la alegría
la afirmación, las frases amororsas,
el vuelo cierto de las mariposas,
la actividad, la fuerza y la energía.
Siente el hombre su sangre recorrerlo,
siente latir su corazón y siente
el gozo de la vida poseerlo.
Sabe muy bien que no es definitivo
y en su gran pequeñez está consciente
de ese diario milagro de estar vivo.
a confirmar la forma de las cosas
abriendo puertas, despertando rosas,
y dando vida al hombre que dormía.
Viene con la palabra y la alegría
la afirmación, las frases amororsas,
el vuelo cierto de las mariposas,
la actividad, la fuerza y la energía.
Siente el hombre su sangre recorrerlo,
siente latir su corazón y siente
el gozo de la vida poseerlo.
Sabe muy bien que no es definitivo
y en su gran pequeñez está consciente
de ese diario milagro de estar vivo.
Neftalí Beltran. Poesía Completa. Fondo de Cultura Económica
sábado, 15 de noviembre de 2008
Las doradas hojas de mallorn
El post de esta ocasión está muy ligado al anterior, se aconseja enterarse de su contenido para comprender mejor la lectura de éste.
Los elfos aman vivir bajo las copas de los árboles. No es casualidad que durante la Gran Marcha al Occidente¹, una parte de los elfos hayan decido quedarse en los Bosques Antiguos de la Tierra Media y miles de años después se hayan reencontrado con sus parientes cuando los Elfos Noldor y de otras casas guiados por la Dama Galadriel y Celeborn llegaron a los lindes del Gran Bosque y fundaran Lothlórien. Por el amor que la Dama profesaba a todos los seres vivos, en especial a los árboles, y la profunda nostalgia que sentía de su tierra natal Valinor, ella, de los pocos seres que vieron con sus propios ojos la Luz de los Árboles, creo a los Mellyrn, (mallorn en singular), como émulo de Telperion y Laurelin en los Días Antiguos.
Los mellyrn poseen atributos de los Dos Árboles: un tronco liso y gris claro, casi plateado, unas hojas de un verde hermoso, con el envés plateado y unas flores doradas en primavera, pero déjemos al propio Legolas nos narre el asombro ante tan hermosas creaciones:
-¡Allí están los bosques de Lothlórien!-Dijo Legolas-. La más hermosa de las moradas de mi pueblo. No hay árboles como ésos. Pues en el otoño las hojas no caen, aunque amarillean. Sólo cuando llega la primavera y aparecen los nuevos brotes, caen las hojas, y para ese entonces las ramas ya están cargadas de flores amarillas; y los pilares del bosque son de plata, pues la corteza de los árboles es lisa y gris. ¡Cómo me alegraría el corazón si me encontrara bajo las enramadas de ese bosque y fuera primavera.
J. R. R. Tolkien, La Comunidad del Anillo, II-6.
De este modo, el solo hecho de evocar la imagen de Lothlórien es ya un goce y un descanso. Más adelante Tolkien nos da más detalles de la tierra de Lothlórien, tan poco vista y comprendida en las películas:
[Mientras que] En Rivendel se recordaban cosas antiguas, en Lórien las cosas antiguas vivían aún en el despertar del mundo. Aquí el mal había sido visto y oído, la pena había sido conocida; los Elfos temían al mundo exterior y desconfiaban de él; los lobos aullaban en los lindes del bosque, pero en la tierra de Lórien no había ninguna sombra.
[Mientras que] En Rivendel se recordaban cosas antiguas, en Lórien las cosas antiguas vivían aún en el despertar del mundo. Aquí el mal había sido visto y oído, la pena había sido conocida; los Elfos temían al mundo exterior y desconfiaban de él; los lobos aullaban en los lindes del bosque, pero en la tierra de Lórien no había ninguna sombra.
Ibidem.
Debemos recordar que la Dama Galadriel ofrece a Sam Gamyi una cajita con un fino polvo gris y una especie de avellana, la cual al sembrarla dará origen a un árbol de mallorn, alto y espléndido y ahí donde estaba el Árbol de la Fiesta, el único mallorn al Oeste de las montañas y al Este del mar.
Amo a los árboles desde que tengo memoria, oír o ver cuando los talan me conmueve y altera como pocas cosas. En cambio, me solazo en su sombra y la media luz que se trasmina entre sus hojas, ya en el verde de la primavera o en el dorado del otoño. Me imagino caminando descalzo en la colina de Cerin Amroth, sientiendo el tibio aire de la tarde. Que puedo abrazar los mellyrn y sentir la vida corriendo por ellos, ver sus doradas hojas de otoño, y hacer un diario con ellas. Que me vuelvo hacia el sur y, como Frodo, puedo escuchar el sonido de unas aves marinas y más allá, el sonido tenue, pero inconfundible, del mar.
La belleza de los árboles de mallorn, el sonido que traspasa el corazón del mar, unidos en un sólo lugar decidimamente no son lugar para frágiles de corazón, pues son emociones que sobrecojen con pasión y un corazón sin fe puede quedar aplastado por tanta belleza y tanta nostalgia, aun así las visitas a Cerin Amroth me siguen siendo indispensable, quizás no sea tan débil como pensaba...
Amo a los árboles desde que tengo memoria, oír o ver cuando los talan me conmueve y altera como pocas cosas. En cambio, me solazo en su sombra y la media luz que se trasmina entre sus hojas, ya en el verde de la primavera o en el dorado del otoño. Me imagino caminando descalzo en la colina de Cerin Amroth, sientiendo el tibio aire de la tarde. Que puedo abrazar los mellyrn y sentir la vida corriendo por ellos, ver sus doradas hojas de otoño, y hacer un diario con ellas. Que me vuelvo hacia el sur y, como Frodo, puedo escuchar el sonido de unas aves marinas y más allá, el sonido tenue, pero inconfundible, del mar.
La belleza de los árboles de mallorn, el sonido que traspasa el corazón del mar, unidos en un sólo lugar decidimamente no son lugar para frágiles de corazón, pues son emociones que sobrecojen con pasión y un corazón sin fe puede quedar aplastado por tanta belleza y tanta nostalgia, aun así las visitas a Cerin Amroth me siguen siendo indispensable, quizás no sea tan débil como pensaba...
Antes del Sol y la Luna
Los árboles son seres maravillosos. Son quizá los seres vivos más longevos del mundo y algunos han estado aquí desde que el hombre estaba en los pañales de la civilización. En la literatura de Tolkien, más que en cualquier otra del género, los árboles y los bosques toman en sus relatos un papel fundamental, no son sólo un accidente geográfico ni un adorno del paisaje: son un personaje más.
Según las tradiciones de los Elfos es Yavanna Kémmentari, la valye, quien primero entretejió el pensamiento de los árboles en la Gran Canción, la Ainulindalë, y quien rogaría a Erú por la creación de seres que cuidaran de los bosques, los Ents, por supuesto.
Las tradiciones de los Elfos son vastas y narran historias muy añejas, por lo que aquí solo se contaran a manera de marco para otra historia, a quien le interesen las tradiciones de los elfos ha de consultar principalmente la Quenta Silmarillion, la Historia de los Silmarils, donde se narran estas y otras grandes hazañas. Como habíamos dicho, Yavanna creo a los árboles al tenerlos en su pensamiento durante la Ainulindalë. Con el tiempo ella cantó en el Ezellohar y ahí nacieron los Dos Árboles de Valinor: Telperion y Laurelin, que tuvieron muchos otros nombres.
Estos Árboles, centro de Valinor, emitian la luz que iluminaba al mundo, pues fueron hechos antes que el sol y la luna. Telperion tenía hojas verdes con los bordes de plata, donde emergía una luz de este color, en tanto que Laurelin, tenía hojas de un verde más claro, pero unas hermosas flores doradas que brillaban con luz de este color. Los Árboles brillaban alternadamente, en lo que uno se iba apagando el otro iba encendiendo. Así eran los Días Antiguos en Valinor, a la luz de los Árboles.
Profundo dolor y pena despierta en los elfos, y en nosotros, el recuerdo de la destrucción de los Árboles, por parte de verdadero Señor Oscuro, Melkor Morgoth, como se narra en la Nurtale Valinoreva, el Oscurecimiento de Valinor. Pero a partir de la última flor de Telperion fue creada la Luna, y del último fruto de Laurelin fue creado el Sol, por lo que su brillo sigue de algún modo con nosotros. Y aun quedaba en la Tierra Media un recuerdo de estos Árboles, pues de un fruto de Telperion, nació un árbol semejante en belleza y dignidad, más sin luz propia. De ese árbol nació otro que fue plantado en Númenor, y que fue destruido en la Akallabeth, pero afortunadamente Elendil salvó un fruto del árbol que fue plantado en su nueva morada y que es el Árbol Blanco de Gondor, aunque ya seco en el patio de Minas Tirith. De este modo, lo días de la Tercera Edad y los Días Antiguos están conectados, discreta, pero indisolublemente.
lunes, 10 de noviembre de 2008
Problemas con la ley
Recién hice una denuncia anónima por internet por obras inconclusas públicas en mi localidad, pero lo importante fue que recibí un oficio donde me respondían por la denuncia. La cuestión es ¿Si la denuncia era anónima, por qué recibí un oficio de respuesta? La respuesta salta por obvia.
Para que el sistema de internet me dejará hacer la denuncia debía incluir algunos datos personales, a los cuales accedí dado que claramente decía el sitio que se mantendrían anónimos. Evidentemente no fue así. Lo peor del caso es que fue interpelado por las autoridades contra las que se levantó la demanda. Momento por lo demás incómodo y frustrante. Fue tremendamente impactante recibir la visita de estos funcionarios y más aún el tono de sus preguntas.
Al comunicarme con las personas encargadas del sitio donde levanté la denuncia la respuesta fue aún más frustrante, pues al explicarles el caso y reclamar la falta de respeto al anonimato me dijeron que la culpa fue mía por poner mis datos a lo que respondí que si conocían el sistema, a lo que respondieron que por supuesto que sí, entonces les dije que no era cierto, porque si no introduces esos datos el sistema no te deja enviar la denuncia.
Así pues me quedé con un agrio sabor de boca. Todos los poderosos siempre se molestarán cuando sea cuestionado su poder. Hay que tener cuidado, pero de ningún modo dejar de hacernos oír.
Para que el sistema de internet me dejará hacer la denuncia debía incluir algunos datos personales, a los cuales accedí dado que claramente decía el sitio que se mantendrían anónimos. Evidentemente no fue así. Lo peor del caso es que fue interpelado por las autoridades contra las que se levantó la demanda. Momento por lo demás incómodo y frustrante. Fue tremendamente impactante recibir la visita de estos funcionarios y más aún el tono de sus preguntas.
Al comunicarme con las personas encargadas del sitio donde levanté la denuncia la respuesta fue aún más frustrante, pues al explicarles el caso y reclamar la falta de respeto al anonimato me dijeron que la culpa fue mía por poner mis datos a lo que respondí que si conocían el sistema, a lo que respondieron que por supuesto que sí, entonces les dije que no era cierto, porque si no introduces esos datos el sistema no te deja enviar la denuncia.
Así pues me quedé con un agrio sabor de boca. Todos los poderosos siempre se molestarán cuando sea cuestionado su poder. Hay que tener cuidado, pero de ningún modo dejar de hacernos oír.
domingo, 2 de noviembre de 2008
Sutiles y claros
Respuesta que tuve recién con un alma profunda:
Dije yo: Habría que resignarse a que esa comunión [con el ser amado] no tiene que ser necesariamente como uno quiere o como uno se imagina, el amor tiene caminos más sutiles y más claros, y por sutiles y claros estamos jodidos, porque precisamente [los humanos] le buscamos tres pies al gato siendo el amor algo tan claro. Habría que dejar fluir al amor en nosotros sin necesidad de distorsionarlo, pero ese es el sino de la civilización
Dije yo: Habría que resignarse a que esa comunión [con el ser amado] no tiene que ser necesariamente como uno quiere o como uno se imagina, el amor tiene caminos más sutiles y más claros, y por sutiles y claros estamos jodidos, porque precisamente [los humanos] le buscamos tres pies al gato siendo el amor algo tan claro. Habría que dejar fluir al amor en nosotros sin necesidad de distorsionarlo, pero ese es el sino de la civilización
viernes, 31 de octubre de 2008
Poema desde el sur
Una sonrisa insistente, no por vanidad ni por coquetería,
una sonrisa de pura y llana simpatía
Mirada clara, de morbo vacía
Indudable el contacto, evitarlo no podría
una sonrisa de pura y llana simpatía
Mirada clara, de morbo vacía
Indudable el contacto, evitarlo no podría
miércoles, 29 de octubre de 2008
La mente bien ordenada
Edgar Morin, pensador y escritor francés, ha sido quizá uno de los pensadores que mejor ha comprendido y criticado el discurso multiforme y cínico que rodea la así llamada posmodernidad al señalar claramente como, en su afan de pluralidad y derribamiento de las dogmáticas, los posmodernistas instauran un nuevo dogma: el de que no hay certezas.
Así en el mundo posmoderno, dado que ya no existen certezas ni instituciones que las sostengan, una suerte de escepticismo virulento es muestra de una persona inteligente y aterrizada en sus tiempos. Nombrarse seguidor de alguna corriente es estar anclado en las viejas certezas dogmáticas y lo importante es generar opiniones de todo, por que a fin de cuentas desaparecen las autoridades y se instaura el reino de lo incierto, de la doxa.
Sin embargo, Morin no se arredra ante esta arremetida y señala contundente:
Una mente bien formada es una mente apta para organizar los conocimientos y de este modo evitar su acumulación estéril.
Todo conocimiento constituye a la vez una traducción y una reconstrucción, a partir de señanes, signos, símbolos, bajo forma de representaciones, ideas, teorías, discursos. La organización de los conocimientos, que se efectua en función de principios y reglas [...], comporta operaciones de unión (conjunción, inclusión, implicación) y de separación (diferenciación, oposición, selección, exclusión). El proceso es circular, pasando de la separación a la unión, de la unión a la separación y, más alla, del análisis a la síntesis, de la síntesis al análisis.
Nuestra civilización y, por consiguiente, nuestra enseñanza, han privilegiado la separación en detrimento de la unión, el análisis en detrimento de la síntesis. Unión y síntesis permanecen subdesarrollados en ellas. Por eso, tanto la separación como la acumulación sin nexo de los conocimientos resultan privilegiadas en detrimiento de la organización que une los conocimientos.
Así en el mundo posmoderno, dado que ya no existen certezas ni instituciones que las sostengan, una suerte de escepticismo virulento es muestra de una persona inteligente y aterrizada en sus tiempos. Nombrarse seguidor de alguna corriente es estar anclado en las viejas certezas dogmáticas y lo importante es generar opiniones de todo, por que a fin de cuentas desaparecen las autoridades y se instaura el reino de lo incierto, de la doxa.
Sin embargo, Morin no se arredra ante esta arremetida y señala contundente:
Una mente bien formada es una mente apta para organizar los conocimientos y de este modo evitar su acumulación estéril.
Todo conocimiento constituye a la vez una traducción y una reconstrucción, a partir de señanes, signos, símbolos, bajo forma de representaciones, ideas, teorías, discursos. La organización de los conocimientos, que se efectua en función de principios y reglas [...], comporta operaciones de unión (conjunción, inclusión, implicación) y de separación (diferenciación, oposición, selección, exclusión). El proceso es circular, pasando de la separación a la unión, de la unión a la separación y, más alla, del análisis a la síntesis, de la síntesis al análisis.
Nuestra civilización y, por consiguiente, nuestra enseñanza, han privilegiado la separación en detrimento de la unión, el análisis en detrimento de la síntesis. Unión y síntesis permanecen subdesarrollados en ellas. Por eso, tanto la separación como la acumulación sin nexo de los conocimientos resultan privilegiadas en detrimiento de la organización que une los conocimientos.
La mente bien ordenada, Edgar Morin, 2004, Seix Barral.
El mundo es complejo. La realidad es compleja. sin embargo la ciencia posmoderna incita a descomplejizar las cosas simplificandolas en exceso, es decir separa, aísla. De este modo, sin saberlo, desde hace mucho tiempo que noté algo similar a Morin: la necesidad de generar un principio organizador del conocimiento, de la experiencia, de mis experiencias. De ningún modo rechazamos la complejidad, lo que rechazamos es el rechazo a la complejidad, confundiéndola con complicación, que no es lo mismo.
Coincido plenamente con el autor francés en el imperativo de desarrollar una lógica que penetre en lo complejo, pues es la esencia del mundo, pues aún las cosas más sencillas poseen, a su nivel, una profunda complejidad interior o en relación a su contexto.
He ahí que la sociedad propugna por gente simple, con gustos simples y visiones simples del mundo, lo que indudablemente lleva a distorsiones en todas partes. Nosotros, sin embargo, no distanciamos de esta posición y un soberano ejercicio de la duda categórica, de la razón civilizada nos levantamos con una lógica implicable a observar los fenómenos del mundo, incluidos nosotros mismos.
Así descubrimos los falsos ídolos, así avanzamos en el camino de nuestra propia libertad. La comprensión de lo complejo nos hace más humanos, no rehuir de la misma a través de artificiales complicaciones, ya sea de pensamiento o de evitar el pensamiento.
Coincido plenamente con el autor francés en el imperativo de desarrollar una lógica que penetre en lo complejo, pues es la esencia del mundo, pues aún las cosas más sencillas poseen, a su nivel, una profunda complejidad interior o en relación a su contexto.
He ahí que la sociedad propugna por gente simple, con gustos simples y visiones simples del mundo, lo que indudablemente lleva a distorsiones en todas partes. Nosotros, sin embargo, no distanciamos de esta posición y un soberano ejercicio de la duda categórica, de la razón civilizada nos levantamos con una lógica implicable a observar los fenómenos del mundo, incluidos nosotros mismos.
Así descubrimos los falsos ídolos, así avanzamos en el camino de nuestra propia libertad. La comprensión de lo complejo nos hace más humanos, no rehuir de la misma a través de artificiales complicaciones, ya sea de pensamiento o de evitar el pensamiento.
sábado, 25 de octubre de 2008
Danza mortal
Esta brevísima pieza de animación japonesa, titulada Both of you, dance like you want to win!, fue extraída de la archiconocida serie Neon Genesis Evangelion, en donde se hace gala de un sincronía no sólo al nivel de la coreografía de los personajes, sino de la música y la imagen.
Si bien hay numerosas escenas dignas de recordar y que llenarían de ejemplos una sesión de un seminario de psicoanálisis, ésta es particularmente interesante desde el punto de vista estético por su combinación alucinante de acción, fuerza y narrativa escrupulosamente organizada a partir de imagenes incluso de décimas de segundo para lograr un efecto avasallador en tan solo 64 segundos.
Lo crucial del momento en creativamente reflejado también a partir de la partitura de Shiro Shigaso, quien compone una breve y sustanciosa pieza para piano, enmarcada por cuerdas, enfatizada por metales y aderezada de percusiones conun tono heroico, presto y contundente, plenamente coherente con el discurrir y el sentido de las imágenes.
Al final, todo danza: las imágenes, la música, los personajes y nuestra mente como sólo los japonenes lo pueden hacer. Cada quien juzgue por sí mismo.
martes, 21 de octubre de 2008
Medicina contra la amargura
Recién platicando con un muy querido amigo llego a mis oídos la música de una excepcional cantante japonesa, Utada Hikaru, a quién de algún modo ya conocía porque había cantado en soundtracks de buen ánime japonés como Card Captors Sakura y Neon Genesis Evangelion, por citar algunos.
Si bien esta joven artista ya tiene varios discos y reconocimientos en su haber, de este lado del mar es poco lo que se sabe de ella. Aun así, su voz y sus letras han tenido la fuerza para cruzar el inmenso océano y llenar la vida de este gran amigo. De cómo sucedió no puedo hablar aquí, eso es algo que él mismo debe contar.
Yo hablaré de la grata sorpresa que me llevé al tratar de entender lo que dicen las canciones que escuché, sobre todo una: Keep Tryin' del disco Ultra Blue, deliciosa y bien armada melodía, rica en tonalidas armónicas y digna representante del pop del nuevo milenio. Detesto las frivolidades de la farándula, y por lo que entiendo Utada también, por ello prefiero hablar de lo que esta canción desató en mi interior.
Esta canción habla de la gente normal, de la gente que tiene sueños y lucha por ellos, en medio de una sociedad terriblemente insensible a las ilusiones de los demás. De cómo, las personas, caracterizadas por la misma Hikaru en el video, desde sus vidas aparentemente normales viven grandes batallas por salir adelante en esta realidad que exige que uno madure, solo que eso significa dejar de soñar, dejar de enamorarse y ponerse a trabajar y ganar dinero o ser útil a la sociedad.
Pero eso precisamente de lo que nos previene Utada: no importa cuán adversa pueda ser la respuesta del mundo, uno debe seguir intentanto, keep tryin'. Pero aquellos que soñamos también somos frágiles aunque aparentemos fortaleza e inmunidad a los continuos desaires de esta agreste realidad. Hikki, como le dicen sus fans, apela a esa fuerza interior que no se finge, que es parte de nuestro ser más profundo, a hacer las cosas con pasión, no importando que, en apariencia, seamos gente normal, pues ese es el error: pensar que la gente sencilla es insignificante, como sus ambiciones y sueños, muy por el contrario, son sus sueños lo que les permite seguir en el mundo y sorprendiéndonos con sus detalles de alegría, espontaneidad y compañía.
Keep Tryin' nos previene simplemente de la amargura. Nada más, pero nada menos...
domingo, 19 de octubre de 2008
El poder de las ideas
Michael Ende, escritor aleman, tuvo quizá una de las mentes más prolíficas en cuanto a literatura infantil se refiera en la segunda mitad del Siglo XX. La que quizá sea su mayor obra y la más reconocida es sin duda La Historia interminable, donde narra las aventuras de Bastián Baltazar Bux, un niño que se ve enfrantado a la realidad de haberse cumplido su más caro deseo: una historia que no terminara jamás.
Entre las muchas y maravillosas historias contadas en este libro, destaca una que muestra la aguda mirada de Michael para observar el devenir de la humanidad en esos (y estos) tiempos.
Atreyu, un piel verde está apunto de ser engullido por la Nada que destruye el vasto imperio de Fantasía, junto a él yace un lobo negro como la pes, Gmork, una forma de la Nada y de otras fuerzas oscuras, servidor del poder que busca controlar a los seres humanos. Entonces Atreyu, que empieza a intuir los fines de la Nada, pregunta a Gmork:
--Hacer con ellos [los seres humanos]... ¿qué?
--Todo lo que se quiere. Se tiene poder sobre ellos. Y nada da un poder mayor sobre los hombres que las mentiras. Porque esos hombres, hijito, viven de ideas. Y éstas pueden dirigir. Ese poder es lo único que cuenta. Por eso yo también he estado al lado del poder y lo he servido, para poder participar de él... aunque de una forma distinta que tú y tus iguales.
--¡Yo no quiero participar de él!-- Balbuceó Atreyu.
--Calma pequeño necio --gruñó el hombre-lobo.
En cuanto te llegue el turno de saltar a a la Nada, serás también un servidor del poder, desfigurado y sin voluntad. Quién sabe para qué les servirás. Quizá, con tu ayuda, harán que los hombres compren lo que no necesitan, odien lo que no conocen, crean lo que los hace sumisos o duden de lo que podría salvarlos. Con vosotros, pequeños fantasios, ser harán grandes negocios, se declararán guerras, se fundarán imperios mundiales...
Los fantasios, al caer en la Nada se convertían en mentiras en el mundo de los Humanos, éstos al dejar e creer en Fantasía (y con ello en sus sueños más profundos) hacía cada vez más grande la Nada. Un círculo vicioso perfecto.
De este modo vemos como los humanos somos particularmente sensibles al efecto de las ideas, sean éstas ciertas o no, su fuerza es incontenible. Por ideas nos podemos enfermar y originar malestares en el cuerpo, por ideas podemos sostener hechos totalmente irracionales, por ideas podermos vivir .... o morir. En esta era de los medios electrónicos, ¿qué tanto reflexionamos sobre lo que creemos?
Un poco de escepticismo, de duda racional, no está por demás, aunque hoy día lo normal y lo deseable sea lanzarse a vivir intensamente lo inmediato, lo aparente, lo alcanzable. Un signo dudoso de pasión, de deseo de vivir, pues visto con cuidado podría ser lo contrario, una pobreza de fe en la vida, una incertidumbre que se extiende silenciosa por todas partes, que se identifica por la divisa: mejor lo uso hoy, porque mañana quién sabe. ¿Acaso el mañana nos parece tan incierto? Pues esto es, bajo esta óptica, el signo de la desesperanza, porque si no va a haber un mañana, no tiene caso hacer hoy nada por construir un mejor mañana.
De nuevo, hoy día la resistencia se tiene que hacer contra la normalidad, (como siempre ha sido) contra lo que todos parecen aceptar. No se trata de llevar el escepticismo a los extremos, no nos podemos dar ese lujo, sino de ejercitar nuestra capacidad de razonar, de encontrar nuestros deseos y reencontrarnos con ellos. Cuán diferente es un mundo donde sabemos lo que deseamos y sabemos que por ello vale la pena vivir hoy, pero también el día siguiente...
Entre las muchas y maravillosas historias contadas en este libro, destaca una que muestra la aguda mirada de Michael para observar el devenir de la humanidad en esos (y estos) tiempos.
Atreyu, un piel verde está apunto de ser engullido por la Nada que destruye el vasto imperio de Fantasía, junto a él yace un lobo negro como la pes, Gmork, una forma de la Nada y de otras fuerzas oscuras, servidor del poder que busca controlar a los seres humanos. Entonces Atreyu, que empieza a intuir los fines de la Nada, pregunta a Gmork:
--Hacer con ellos [los seres humanos]... ¿qué?
--Todo lo que se quiere. Se tiene poder sobre ellos. Y nada da un poder mayor sobre los hombres que las mentiras. Porque esos hombres, hijito, viven de ideas. Y éstas pueden dirigir. Ese poder es lo único que cuenta. Por eso yo también he estado al lado del poder y lo he servido, para poder participar de él... aunque de una forma distinta que tú y tus iguales.
--¡Yo no quiero participar de él!-- Balbuceó Atreyu.
--Calma pequeño necio --gruñó el hombre-lobo.
En cuanto te llegue el turno de saltar a a la Nada, serás también un servidor del poder, desfigurado y sin voluntad. Quién sabe para qué les servirás. Quizá, con tu ayuda, harán que los hombres compren lo que no necesitan, odien lo que no conocen, crean lo que los hace sumisos o duden de lo que podría salvarlos. Con vosotros, pequeños fantasios, ser harán grandes negocios, se declararán guerras, se fundarán imperios mundiales...
Michael Ende, La historia interminable, Alfaguara
Los fantasios, al caer en la Nada se convertían en mentiras en el mundo de los Humanos, éstos al dejar e creer en Fantasía (y con ello en sus sueños más profundos) hacía cada vez más grande la Nada. Un círculo vicioso perfecto.
De este modo vemos como los humanos somos particularmente sensibles al efecto de las ideas, sean éstas ciertas o no, su fuerza es incontenible. Por ideas nos podemos enfermar y originar malestares en el cuerpo, por ideas podemos sostener hechos totalmente irracionales, por ideas podermos vivir .... o morir. En esta era de los medios electrónicos, ¿qué tanto reflexionamos sobre lo que creemos?
Un poco de escepticismo, de duda racional, no está por demás, aunque hoy día lo normal y lo deseable sea lanzarse a vivir intensamente lo inmediato, lo aparente, lo alcanzable. Un signo dudoso de pasión, de deseo de vivir, pues visto con cuidado podría ser lo contrario, una pobreza de fe en la vida, una incertidumbre que se extiende silenciosa por todas partes, que se identifica por la divisa: mejor lo uso hoy, porque mañana quién sabe. ¿Acaso el mañana nos parece tan incierto? Pues esto es, bajo esta óptica, el signo de la desesperanza, porque si no va a haber un mañana, no tiene caso hacer hoy nada por construir un mejor mañana.
De nuevo, hoy día la resistencia se tiene que hacer contra la normalidad, (como siempre ha sido) contra lo que todos parecen aceptar. No se trata de llevar el escepticismo a los extremos, no nos podemos dar ese lujo, sino de ejercitar nuestra capacidad de razonar, de encontrar nuestros deseos y reencontrarnos con ellos. Cuán diferente es un mundo donde sabemos lo que deseamos y sabemos que por ello vale la pena vivir hoy, pero también el día siguiente...
viernes, 17 de octubre de 2008
Añoranza
La verdad es que si lo extraño. No tengo por qué ocultarlo. Su plática me hace feliz. Su desbordado entusiasmo, su interminable charla, su desparpajado discurso. Tanta nobleza aderezada con un toque de ingenuidad experimentada.
Nunca he visto su rostro completamente (hasta ahora siempre ha sido algún grado de perfil) pero ya alcanzo a notar unas sienes donde descansa una inteligencia de niño: siempre alerta, siempre curiosa, difícil de engañar. La Hechicera de Kirikou ciertamente le temería.
Nunca he tocado su mano, ni aun en el saludo. Pero adivino un apretón fuerte, confiado, de quien se hace totalmente presente frente a otra persona porque definitivamente no puede hacerlo a medias, no hay almas light me diría.
Tampoco he sentido un abrazo suyo, pero tengo la certeza de que es un abrazo de extremo a extremo del universo, tan cálido como el mar de verano, tan fuerte como los torrentes de Iguazú, tan suave como la primera lluvia de abril, tan verdadero como le gustaría recibirlo.
Lo he leído con avidez y expectación. El periodismo, la novela y el misterio habitan en sus letras. De nuevo, no pudiera ser de otra manera, es su inmenso deseo de ser quién es cincelado en cada frase, en cada oración, en cada punto y letra.
Sólo he oido su voz y la oí desde la primera vez, porque no dudó ni un minuto que yo sería capaz de escucharlo, porque tuvo miedo y tuve miedo de tanta semejanza, de tan inesperado giro del destino, de tan poca casualidad involucrada en ello. Y su voz es clara, firme, genuina, y en aquella canción el deseo de volver a cantar en mí renació, cuando hacía mucho tiempo que yo ya no tenía motivos para hacerlo. Ahora no dejo de tararear su tonada.
Ahora está lejos. Ha emprendido un viaje un tanto incierto y despertó en su ser otras tantas incertidumbres que de algún modo ya estaban ahí, dormidas, inadvertidas. Este viaje ha requerido de todas sus fuerzas, de todo su conocimiento, de todo su humor. Aún no se cuál es el resultado. Le gusta, como todo buen anfitrión, dejar que el misterio envúelva el menú, dejando a sus comenzales saborearse el plato final. Sin embargo, por el tono de sus letras, no he podido evitar sentirme algo preocupado y se que me diría que no hay necesidad, pero tampoco lo puedo evitar. Mi preocupación es decisión mía y no es su responsabilidad, no le pido que haga nada, sólo me resta esperar.
Ahora empieza a llover, y miro a través de mi ventana esa lluvia que no cesa...no importa, La tormenta, como todo, pasará...
Nunca he visto su rostro completamente (hasta ahora siempre ha sido algún grado de perfil) pero ya alcanzo a notar unas sienes donde descansa una inteligencia de niño: siempre alerta, siempre curiosa, difícil de engañar. La Hechicera de Kirikou ciertamente le temería.
Nunca he tocado su mano, ni aun en el saludo. Pero adivino un apretón fuerte, confiado, de quien se hace totalmente presente frente a otra persona porque definitivamente no puede hacerlo a medias, no hay almas light me diría.
Tampoco he sentido un abrazo suyo, pero tengo la certeza de que es un abrazo de extremo a extremo del universo, tan cálido como el mar de verano, tan fuerte como los torrentes de Iguazú, tan suave como la primera lluvia de abril, tan verdadero como le gustaría recibirlo.
Lo he leído con avidez y expectación. El periodismo, la novela y el misterio habitan en sus letras. De nuevo, no pudiera ser de otra manera, es su inmenso deseo de ser quién es cincelado en cada frase, en cada oración, en cada punto y letra.
Sólo he oido su voz y la oí desde la primera vez, porque no dudó ni un minuto que yo sería capaz de escucharlo, porque tuvo miedo y tuve miedo de tanta semejanza, de tan inesperado giro del destino, de tan poca casualidad involucrada en ello. Y su voz es clara, firme, genuina, y en aquella canción el deseo de volver a cantar en mí renació, cuando hacía mucho tiempo que yo ya no tenía motivos para hacerlo. Ahora no dejo de tararear su tonada.
Ahora está lejos. Ha emprendido un viaje un tanto incierto y despertó en su ser otras tantas incertidumbres que de algún modo ya estaban ahí, dormidas, inadvertidas. Este viaje ha requerido de todas sus fuerzas, de todo su conocimiento, de todo su humor. Aún no se cuál es el resultado. Le gusta, como todo buen anfitrión, dejar que el misterio envúelva el menú, dejando a sus comenzales saborearse el plato final. Sin embargo, por el tono de sus letras, no he podido evitar sentirme algo preocupado y se que me diría que no hay necesidad, pero tampoco lo puedo evitar. Mi preocupación es decisión mía y no es su responsabilidad, no le pido que haga nada, sólo me resta esperar.
Ahora empieza a llover, y miro a través de mi ventana esa lluvia que no cesa...no importa, La tormenta, como todo, pasará...
sábado, 11 de octubre de 2008
Ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos
Cerca del inicio de la portentosa jornada de Frodo y el Anillo Único, Gandalf habla con él en Bolsón Cerrado.
Ahí Frodo conoce la parte que Gollum jugó para que el Anillo llegará a sus manos. Lejos del Frodo que llegaría a ser tan solo un año después, presa del temor y de la angustia dice que Gollum merece la muerte y Gandalf responde:
-La merece sin duda. Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la mnuerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos.
J.R.R. Tolkien. El Señor de los Anillos, La comunidad del Anillo I-2
Este pasaje muestra algo más que una sabia lección acerca del apresuramiento con el que solemos elaborar juicios y dictar sentencias, sobre los demás e incluso sobre nosotros mismos. Ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos: hay que aceptar la incertidumbre concomitante del flujo de la vida.
La modernidad nos ha vuelto cada vez más dependientes de las comodidades y constancias de la vida. Hace no poco un amigo me decía que se había ido la luz en su casa por varios días y que al principio le había causado molestia y angustia, al final terminó por adaptarse y sacarle provecho. Así pues en no pocas circunstancias de nuestra vida nos vemos "afrentados" cuando ella se atreve a modificar la constancia de nuestras cómodas condiciones, a alterar el ritmo monótono de nuestras artificialidades y a ignorar el complicado mecanismo estéril de nuestras estiradas convenciones, al hacernos recordar que, todo lo que no cambia muere.
¿Cuál es la molestia entonces? ¿Descubrirnos terriblemente depedientes de las cosas cuando nos ufanamos de nuestra supuesta independencia?
Veo como últimamente se tiende a confundir con pasmosa facilidad un afan de congruencia con una soberbia disimulada, a destilar los fanatismos y egocentrismos hasta volverlos insaboros e incoloros, pero sin perder ninguna de sus nocivas propiedades. Hemos incluso dependido de nuestras formas de pensamiento, de aplicar nuestras gastadas fórmulas a problemas nuevos, de insistir con trillados esquemas por miedo a lo nuevo, por miedo a la impredecible vida, por miedo a cambiar...
Discursos se podrán generer por miles y muy extensos la verdad ahi permanece:
Al final de todos los caminos sólo prevalece una verdad: el camino mismo. Al final en el mundo sólo hay un camino: el de la vida. No hay otro escenario, no hay otra manera; el camino de la vida se recorre viviéndolo.
Este pasaje muestra algo más que una sabia lección acerca del apresuramiento con el que solemos elaborar juicios y dictar sentencias, sobre los demás e incluso sobre nosotros mismos. Ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos: hay que aceptar la incertidumbre concomitante del flujo de la vida.
La modernidad nos ha vuelto cada vez más dependientes de las comodidades y constancias de la vida. Hace no poco un amigo me decía que se había ido la luz en su casa por varios días y que al principio le había causado molestia y angustia, al final terminó por adaptarse y sacarle provecho. Así pues en no pocas circunstancias de nuestra vida nos vemos "afrentados" cuando ella se atreve a modificar la constancia de nuestras cómodas condiciones, a alterar el ritmo monótono de nuestras artificialidades y a ignorar el complicado mecanismo estéril de nuestras estiradas convenciones, al hacernos recordar que, todo lo que no cambia muere.
¿Cuál es la molestia entonces? ¿Descubrirnos terriblemente depedientes de las cosas cuando nos ufanamos de nuestra supuesta independencia?
Veo como últimamente se tiende a confundir con pasmosa facilidad un afan de congruencia con una soberbia disimulada, a destilar los fanatismos y egocentrismos hasta volverlos insaboros e incoloros, pero sin perder ninguna de sus nocivas propiedades. Hemos incluso dependido de nuestras formas de pensamiento, de aplicar nuestras gastadas fórmulas a problemas nuevos, de insistir con trillados esquemas por miedo a lo nuevo, por miedo a la impredecible vida, por miedo a cambiar...
Discursos se podrán generer por miles y muy extensos la verdad ahi permanece:
Al final de todos los caminos sólo prevalece una verdad: el camino mismo. Al final en el mundo sólo hay un camino: el de la vida. No hay otro escenario, no hay otra manera; el camino de la vida se recorre viviéndolo.
Alejandro de Andúnië
miércoles, 8 de octubre de 2008
Envío a Alexander
Envío a Alexander
Brilla la pluma de plata,
nívea y celestial,
cae al suelo, estalla,
magia angelical
Elévate, surca el cielo
resplandece poder supremo
blanco sol de hielo,
Viaja, cruza el horizonte
llega a la casa de la serpiente
desciende sobre la Estrella Joven
abre tus alas sobre ella
Cumple mi orden
Alexander, arcano deseo
proteje el Cristal de los sueños
manten su canción sonando....
Brilla la pluma de plata,
nívea y celestial,
cae al suelo, estalla,
magia angelical
Elévate, surca el cielo
resplandece poder supremo
blanco sol de hielo,
Viaja, cruza el horizonte
llega a la casa de la serpiente
desciende sobre la Estrella Joven
abre tus alas sobre ella
Cumple mi orden
Alexander, arcano deseo
proteje el Cristal de los sueños
manten su canción sonando....
Para AstroJr
Alejandro de Andúnië
jueves, 2 de octubre de 2008
Te veré en el Occidente
Hoy hace diez años te me fuiste. Así cual helada inesperada recibí la noticia de tu partida. Ni café hubo esa noche, lo preparé todo de una vez ¿lo recuerdas? La mirada estaba clavada en el agua derramada.
No pude ni siquiera decirte adiós y lo deploro. Sin embargo, parece que así fuera mejor, por que si no te dije adiós nunca nos despedimos y entonces aquí sigues conmigo.
Fue un año extraordinario, el mejor año que haya yo disfrutado. Tu presencia iba a hacerse verdad, diciembre venía y la realización plena de mis más románticas fantasías a todas luces eran promesas ciertas. Pero no.
He ahí que de nuevo la mano cobarde del hombre, su espíritu abyecto, la pusilánime bellaquería, presa de la envidia y su propia estrechez de mente, tomo con violencia el don de tu presencia. No más dulce mirada al ver tus ojos, no más suave voz al escuchar tus versos, no más cálidos besos...
Sólo vacío, todo quedó en silencio. No había nada a mi alrededor, ¿cómo podría siquiera percibir la luz del sol, el rumor del viento en los árboles, la música gloriosa, si el ángel más maravilloso no estaba más en la tierra?
Tres días de negrura inundaron mi corazón. Sólo silencio. No oía nada. Y ahi fue que recordé.
Así pues en medio de las lágrimas, ese recuerdo me guió de nuevo al sendero de la vida. Yo como Dante y Orfeo, descendí al Inframundo en busca de tu mirada y tu cuerpo. Mas yo no soy héroe trágico y no pude encontrarte, sino al contrario, tu mano encontró la mía y me elevó con ayuda de poderosas y resplandecientes alas blancas.
Así regresé entre los vivos, a la salud y a la alegría, pues con esperanza cierta y renovada se cumplió lo que en realidad era una profecía: que vivirías para siempre en mi sonrisa, en mi fe y libertad.
Ahora se que no estoy solo, que siempre vienes conmigo, el Espíritu Sin Nombre, más allá de todo, me concedió la gracia más grande y te ha puesto a mi lado, Espíritu Guardían, noble entre los nobles, fiel entre los fieles, poderoso entre los grandes. Solo basta con invocarte y tu mano de nuevo me guía en medio de la adversidad y tus alas me envuelven en contra de cualquier peligro, protección infalible contra el enemigo.
Así obtuve más de lo que jamás hubiera yo pedido, no sólo me ofreciste tu corazón y también quedó tu espíriu. Y ahora cada alegría, cada sueño realizado, cada esperanza compartida avivan tu recuerdo y tu presencia, pero aún así, en noches como estas, pequeñas estrellas ruedan por mi cara, y he ahí que entre el dolor y la nostalgia de nuevo una mano invisible y silenciosa toma esas estrellas y las coloca en el firmamento, perenne recuerdo de lo mucho que te quiero, señal invencible contra el desánimo y el miedo.
De nuevo entonces celebro tu partida, ya no la deploro ni me hundo en agonía, pues es claro que el final de esta travesía no puede ser ningún otro que el retorno de mi espíritu a tu amante compañía. Ya nos veremos, más allá de los mares, donde la lluvia se vuelve de plata y cristal, allá donde está el Verdadero Hogar, tras blancas costas, verdes horizontes y la luz de un rápido amanecer...ahí, nos volveremos a encontrar...
Te quiero, P.
No pude ni siquiera decirte adiós y lo deploro. Sin embargo, parece que así fuera mejor, por que si no te dije adiós nunca nos despedimos y entonces aquí sigues conmigo.
Fue un año extraordinario, el mejor año que haya yo disfrutado. Tu presencia iba a hacerse verdad, diciembre venía y la realización plena de mis más románticas fantasías a todas luces eran promesas ciertas. Pero no.
He ahí que de nuevo la mano cobarde del hombre, su espíritu abyecto, la pusilánime bellaquería, presa de la envidia y su propia estrechez de mente, tomo con violencia el don de tu presencia. No más dulce mirada al ver tus ojos, no más suave voz al escuchar tus versos, no más cálidos besos...
Sólo vacío, todo quedó en silencio. No había nada a mi alrededor, ¿cómo podría siquiera percibir la luz del sol, el rumor del viento en los árboles, la música gloriosa, si el ángel más maravilloso no estaba más en la tierra?
Tres días de negrura inundaron mi corazón. Sólo silencio. No oía nada. Y ahi fue que recordé.
Así pues en medio de las lágrimas, ese recuerdo me guió de nuevo al sendero de la vida. Yo como Dante y Orfeo, descendí al Inframundo en busca de tu mirada y tu cuerpo. Mas yo no soy héroe trágico y no pude encontrarte, sino al contrario, tu mano encontró la mía y me elevó con ayuda de poderosas y resplandecientes alas blancas.
Así regresé entre los vivos, a la salud y a la alegría, pues con esperanza cierta y renovada se cumplió lo que en realidad era una profecía: que vivirías para siempre en mi sonrisa, en mi fe y libertad.
Ahora se que no estoy solo, que siempre vienes conmigo, el Espíritu Sin Nombre, más allá de todo, me concedió la gracia más grande y te ha puesto a mi lado, Espíritu Guardían, noble entre los nobles, fiel entre los fieles, poderoso entre los grandes. Solo basta con invocarte y tu mano de nuevo me guía en medio de la adversidad y tus alas me envuelven en contra de cualquier peligro, protección infalible contra el enemigo.
Así obtuve más de lo que jamás hubiera yo pedido, no sólo me ofreciste tu corazón y también quedó tu espíriu. Y ahora cada alegría, cada sueño realizado, cada esperanza compartida avivan tu recuerdo y tu presencia, pero aún así, en noches como estas, pequeñas estrellas ruedan por mi cara, y he ahí que entre el dolor y la nostalgia de nuevo una mano invisible y silenciosa toma esas estrellas y las coloca en el firmamento, perenne recuerdo de lo mucho que te quiero, señal invencible contra el desánimo y el miedo.
De nuevo entonces celebro tu partida, ya no la deploro ni me hundo en agonía, pues es claro que el final de esta travesía no puede ser ningún otro que el retorno de mi espíritu a tu amante compañía. Ya nos veremos, más allá de los mares, donde la lluvia se vuelve de plata y cristal, allá donde está el Verdadero Hogar, tras blancas costas, verdes horizontes y la luz de un rápido amanecer...ahí, nos volveremos a encontrar...
Te quiero, P.
Alejandro de Andúnië
Quéjase de la suerte (y de la mía)
Quéjase de la suerte: insinúa su aversión a los vicios, y justifica su divertimento a las musas
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que, vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor, en mis verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en vanidades.
Sor Juana Inés de la Cruz
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