Mezcla paradójica pensamiento crítico, de realismo sin atenuaciones y fe racional.
No, no es ninguna buena intención, ni idealismos baratos, ni amistosismos trasnochados, sino más bien algo similar al bushido, la ascésis religiosa o el sendero óctuple del budismo.
El bushido es le camino del samurai. Es el entrenamiento de cuerpo, pero sobre todo de espíritu que lo convierte en un hombre de honor y un guerrero formidable, dado que su verdadera fuerza radica en su mente, no sólo en su mano. Las verdaderas batallas del samurai ocurren en su interior, venciendo la duda y el miedo, pues ¿de qué serviría un cuerpo poderoso si la mente se desmorona ante la primer amenaza o frustración? El corazón del samurai es más fuerte que su espada y su mente más veloz que su brazo. Su alma está movida a la piedad, pero el coraje y rechazo a la injusticia es su precursor. A riesgo de sonar a cliché el samurai es un guerrero del espíritu.
La ascésis es la disciplina mediante la cual se accede a niveles superiores del espíritu. Es un camino de renuncias a lo cómodo, lo fácil y lo inmediato, por aquello que es trascendental y que occidente ya no cree que exista: la paz del alma. Es el camino del monje, del que busca a Dios, en su sentido más espiritual y no necesariamente referido a una divinidad o instancia superior. Es una busqueda particularmente difícil porque no suele haber indicaciones en el camino, al menos no las convencionales, pero las hay, sólo hay que aprender a observarlas.
El Camino Octuple es la senda mostrada por Buda para alcanzar la iluminación, es un camino de rectitud, bondad y pensamiento claro. Equilibrio de las Esferas Humanas. Temo no explicarlo con justicia así que conmino al interesado a ilustrarse en el tema.
Así, lo propuesto por Erich Fromm, el humanismo crítico, está más emparentado con estos sistemas filosóficos que con existencialismos corrientes o con imposturas wannabe.
Lo que aquí he de resaltar es que en estos tiempos decirse humanista es cuando menos un anacronismo, una moda que no entra dentro de lo retro y un concepto de significado difuso para hacer referencia a algo informe que va de lo hippie a lo romántico pasando por lo idealista (como si todos esos términos fueran sinónimos) y que lo único que hacen es esclarecer el hecho de la galopante ignorancia de lo que significa humanismo y su ínfima conceptualización al borde de lo trivial, lo banal y lo mezquino.
Si un término de noblísima estirpe como humanismo, ha caído en tal desprestigio, después de ser representado por figuras tales como Leonardo Da Vinci, Baruch Spinoza, Miguel de Unamuno y tantos insignes hombres y mujeres, queda claro que la decadencia está más avanzada de lo que uno se había imaginado.
El humanismo consiste en poner al ser humano en el centro de referencia de un sistema ético trascendente que busca alternativas de solución a las numerosas problemáticas humanas a partir de la consideración de lo que constituye su naturaleza esencial. Nada más, pero nada menos.
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