Si lo sé, es el título de un post que ya había publicado tiempo atrás y, curioso, lo hice por la misma persona que lo hago ahora. Lo sé también, no es coincidencia. Sí, eso también lo sé: esta ocasión es diferente, desde lejos y desde muy profundo mi corazón me lo dice.
Temo confirmar que te vas...pues eso último me suena a despedida, como la Compañía del Anillo al final de su viaje, en los Puertos Grises, a orillas del Mar Occidental...y una profunda e insondable tristeza me embarga.
Nunca he sido bueno con las incertidumbres y la vida está llena de ellas, lo se, no es necesario que me lo digas. Pero al menos contigo a mi lado podía sentirme un poquito más seguro. Has escogido un camino que no me extraña, es algo tan tuyo, tan de tu alma doble, gentil y bestial, Centauro de los cielos indudablemente, pero yo, yo heme aquí que solo puedo contemplar de lejos e impotente el discurrir de tales eventos.
En realidad no sé si asisto a tu partida o no. Dices lo suficiente para intuir que me hablas a mí y callas lo necesario para que no pueda confirmarlo (cómo explicarte que si hay algo de cobardía en ello). Confío en ti pues, como lo pediste, y como me lo dicta el instinto. (y si no es así qué diablos!, era algo que la última vez que hablamos lo dijiste y ya lo sabías).
Así que a fin de cuentas no sé si te vas a ir o no, si seguirás observando, cual felino agazapado, o de plano izarás la vela a nuevos rumbos, por lo mientras no te diré adiós, porque, -y eso tú lo sabes bien- jamás existirán los adioses entre nosotros.
No me dejas de otra: tú eres así y yo soy así, luz y oscuridad en sublime danza, en perfecto equilibrio, el diálogo epistolar toma en nosotros un matiz vívido e ilimitado, (aunque ya no pueda dejarte notas en ellas).
Sé que es difícil para ti hablar directamente, mon petit Amelie, lo sé, no sé qué haría yo en tu lugar, seguramente lo mismo, pero ¡Oh ironías de la vida! ponte tú en mi lugar...
Mil gracias, aunque ciertamente mil serán pocas, por las marcas que has dejado en mi vida, y si amas y odias la forma en que te desnudo, imagínate yo como me siento. Si, hay miedo, pero no es lo único que hay...
Y así pues no quisiera más aumentar a esta misiva, ya mucho puedo haber quedado en ridículo y no deseo colocar más piedras sobre mi cabeza, baste decir que entiendo muy bien la canción, la sé de memoria, la tarareo hasta cuando no quiero, pero he de decir, si ya he dicho todo esto hasta ahora, que más bien tú deberías escucharla como si yo la enviara. Mas si tienes algo que decir, dilo ya veremos qué pasa...
No puedo decir más, it's really hard, pero deseo que brilles, que brilles con toda tu pasión, así algo de esa luz llegará a mí, cubriéndome de su tibieza y sabré que estás bien y mi viaje al Occidente será menos sombrío... Quizá no podría ser de otro modo...
Temo confirmar que te vas...pues eso último me suena a despedida, como la Compañía del Anillo al final de su viaje, en los Puertos Grises, a orillas del Mar Occidental...y una profunda e insondable tristeza me embarga.
Nunca he sido bueno con las incertidumbres y la vida está llena de ellas, lo se, no es necesario que me lo digas. Pero al menos contigo a mi lado podía sentirme un poquito más seguro. Has escogido un camino que no me extraña, es algo tan tuyo, tan de tu alma doble, gentil y bestial, Centauro de los cielos indudablemente, pero yo, yo heme aquí que solo puedo contemplar de lejos e impotente el discurrir de tales eventos.
En realidad no sé si asisto a tu partida o no. Dices lo suficiente para intuir que me hablas a mí y callas lo necesario para que no pueda confirmarlo (cómo explicarte que si hay algo de cobardía en ello). Confío en ti pues, como lo pediste, y como me lo dicta el instinto. (y si no es así qué diablos!, era algo que la última vez que hablamos lo dijiste y ya lo sabías).
Así que a fin de cuentas no sé si te vas a ir o no, si seguirás observando, cual felino agazapado, o de plano izarás la vela a nuevos rumbos, por lo mientras no te diré adiós, porque, -y eso tú lo sabes bien- jamás existirán los adioses entre nosotros.
No me dejas de otra: tú eres así y yo soy así, luz y oscuridad en sublime danza, en perfecto equilibrio, el diálogo epistolar toma en nosotros un matiz vívido e ilimitado, (aunque ya no pueda dejarte notas en ellas).
Sé que es difícil para ti hablar directamente, mon petit Amelie, lo sé, no sé qué haría yo en tu lugar, seguramente lo mismo, pero ¡Oh ironías de la vida! ponte tú en mi lugar...
Mil gracias, aunque ciertamente mil serán pocas, por las marcas que has dejado en mi vida, y si amas y odias la forma en que te desnudo, imagínate yo como me siento. Si, hay miedo, pero no es lo único que hay...
Y así pues no quisiera más aumentar a esta misiva, ya mucho puedo haber quedado en ridículo y no deseo colocar más piedras sobre mi cabeza, baste decir que entiendo muy bien la canción, la sé de memoria, la tarareo hasta cuando no quiero, pero he de decir, si ya he dicho todo esto hasta ahora, que más bien tú deberías escucharla como si yo la enviara. Mas si tienes algo que decir, dilo ya veremos qué pasa...
No puedo decir más, it's really hard, pero deseo que brilles, que brilles con toda tu pasión, así algo de esa luz llegará a mí, cubriéndome de su tibieza y sabré que estás bien y mi viaje al Occidente será menos sombrío... Quizá no podría ser de otro modo...
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