He aquí que continuo mi diálogo epistolar contigo,
que de nuevo hablo con un espíritu que se que está conmigo
que sin embargo esta ausente,
pues su presencia lejana se ha envuelto en la neblina
y el rocío en el verde pasto veraniego
Hablo con un fantasma, del que no se si me responde,
hablo con alma esquiva que se esconde
de un qué se yo que yo no se que me opone
desde la distancia que asi mismo se impone.
Hablo con un presencia, algo que me ronda,
con un espíritu perene y que circunda
que anda y no anda, que me llama y se arrepiente,
que me tienta y me provoca, pero no dice mi nombre...
Habla con tintas y jeroglíficos,
lenguaje para iniciados
en el noble arte de leer los signos
de los sueños más amados.
Habla con despecho y dulzura,
habla con madurez y desparpajo.
Crea la obra de arte y esconde al creador
al mostrarse se oculta a su observador
Habla con sonidos del oriente
expresa mucho mas de lo que dice
calla más de lo debido
difícil hace el comprenderle
Hablo a una mirada inquisitiva, vigilante
una inteligencia abierta e inocente,
frágil, muy frágil,
cuya escencia respira a cada instante.
Hablo a una presencia inadvertida
que pasa por la calle
sin saber que ya me ha visto:
tan apurado ha pasado.
Hablo ahora con ese espíritu, ahora mismo,
lo siento en cada letra
sus huellas lo delatan,
esa certeza me tortura.
Hablo con esa certeza
de quien no delira
amo esas letras,
lo sabe Dios que me mira
Hablo ahora desde la encrucijada
desde la región más solitaria,
ahi veré si como tanto canta
su mano alcanzará mi alma
La altura de los tiempos avanza, irremisiblemente, avanza...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario