miércoles, 24 de marzo de 2010

Protagonista y Víctima del Destino


El Diccionario define la palabra Protagonista como el personaje principal de la acción en una obra literaria o cinematográfica y añade: lo que en cualquier asunto desempeña el papel principal. 

Y a su vez, víctima se define como: persona que padece un daño por causa ajena o por causa fortuita. Persona que sufre las consecuencias de sus acciones o las de los demás.

Esto me lleva preguntar ¿se es protagonista o víctima del destino? Todo inició con la conversación un Guerrero del Viento, un Compañero de Armas, un Buscador del Sentido, un Viajero del Occidente. Quien haya seguida la perspectiva de este blog indudablemente sabrá ya la respuesta. Mas lo comentado por este ser abierto y misterioso al mismo tiempo tiene un punto que me deja inquieto. 

Ser protagonista del destino es seguir la fuerza de los propios deseos, como Bastián acompañado por el Aurýn, es crear - y concluir- las historias iniciadas. Abrir y cerrar ciclos y partirse el alma en ellos, ser responsable y transigir con uno mismo. Construir el propio manifiesto de la vida y dejarlo ahí, cual testimonio de la fortaleza, pero no de la obstinación, será como dijera Heidegger: nuestra estrella guía en el firmamento, aunque no la alcancemos nunca, lo intentaremos. 

Ser víctima del destino, en principio me suena a responder pasivamente a la vida. Me suena a dejar de desear. Contradice la lógica de este blog, y sus principios, fuertemente arraigados en la Ética Humanista de Fromm. Pero recordad que dije aparentemente...

En una segunda mirada, ser víctima del destino nos habla de los imponderables de la vida: uno no decide si habrá sol o lluvia, solo puede llevar o no un paraguas. Pues ante la mas total vulnerabilidad o o las más abyecta indefensión sigue habiendo capacidad de decidir, pues incluso no decidir es ya una decisión. Es una cuestión de dignidad. 

Así, tras haber observado ambas posiciones yo respondería a la cuestión de si somos protagonistas o víctimas del destino, que somos las dos simultáneamente. El destino se elije y se padece, el destino se construye y se disfruta, el destino es libro abierto, lienzo en blanco, pero es responsabilidad, consecuencia atadura. 

El punto será uno que posición prefiera adoptar y aun así requerirá una flexibilidad y capacidad de adaptación sin dejar de ser uno mismo. Una batalla compleja, intensa y complicada que sin duda es lo que nos define como humanos. 

Una actitud, un pensamiento, una esperanza, un sueño, si todo eso hacen la diferencia. 
Todo se resume a tener fe, y no religiosa, simplemente a tener fe... y dejar que la vida viva a través de nosotros.
Dijo Sha Jahan, constructor del Taj Mahal, Si hay un paraíso es este, es este, es este... Yo dijo lo mismo con respecto de este mundo y la vida que hay en él.

Gracias, R.

Ahora lee: Estoy destinado a grandes cosas y saca tus conclusiones.

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