viernes, 29 de enero de 2010

Los Misterios de la Luz de Luna

Una canción llego a mi, una noche de luna llena, justo como ahora... Una canción que al principio no entendí. Tan nuevas y diferentes me parecieron sus melodías. Tan compleja, tan profunda, que, de inicio, solo la oí, no la escuché. Pero no tardo mucho en que hicera efecto en mi. Y pasó. Resultó, además, que tenía dos versiones (y muchos covers).  Una, aparecida en una historia increíble: un reino hecho de sueños, donde los recuerdos son la guía para el corazón, su más profunda realidad y esencia vital. Esa versión habla de un adiós.  La otra, en el idioma del País del Sol Naciente, es la versión original. Habla de más bien de una llegada, quizás de un reencuentro también. De la luz de la esperanza en medio de la noche. Por eso se titula Hikari, luz en japonés. Ambas versiones maravillosas. Pero quizá me inclino más por ésta última. La historia de este blog atestigua el por qué de mi elección.

Hikari, llena de sonidos nuevos y melodías diferentes me tomó por sorpresa, pero cuyas vibraciones resonaban con asombrosas coincidencias con las de este Camino Escondido Hacia el Occidente. Y lo dotó de un nuevo significado. Hikari, no ha dejado de ser escuchada. Pasó a formar parte del soundtrack de mi vida. En decisivos momentos me acompañó y lo hace ahora. Se ha vinculado a una parte fundamental de mi historia. Casi diario la escucho. La se de memoria. No me deja de parecer nueva. 

Pero, en honor a la verdad, esta no es mi canción. Es decir, es de alguien más, y no me refiero, por supuesto, a su autora. Alguien más ya la había puesto en su corazón y cantando con pleno derecho letra por letra. Alguien más la atesoraba, cual preciosa joya, más no avaricioso, la compartía. Alguien más lloró y vivió esa historia convertida en música y letra y se volvió referente de muchos, o casi todos sueños, me atrevería a decir, pues está íntimamente ligada a su ser. Y así me la compartió sin saber (o quizá si) el inmenso poder que tendría en mí. Aquí  dejó una versión que compuse para Hikari.  Puede que a los seguidores de la diva del Japón les parezca un atrevimiento y una desfachatez desconmensurada. Sin embargo, es mi testimonio, de cuán dentro la llevo, de cuántas cosas hermosas trajo a mi y que ahora, también es mía, nexo indudable con quien la compartió.

Gracias a tí por traerla. La he cuidado bien.
Me alegro tanto de que renazcas con ella.
No podría ser de otro modo.




De mis pensamientos, sueños y recuerdos,
por más que lo intento
nunca te pude apartar.
Brilla en la noche,
la luz que ilumina mi corazón.
Magia del amor.

Te prometí
estar ahí, siempre,
mi sueño al fin, se hacia verdad. 
Lo se.

Pero siendo los dos tan humanos,
frágiles y varias veces lastimados
nos dio miedo que el sueño fuera a hacerse verdad
y la esperanza titubeó,
es cierto, yo sigo soñando

No importan los vientos,
adversos o inciertos,
No importa el momento,
siempre estaré junto a tí.
Brilla en la noche,
la luz que ilumina mi corazón
Magia del amor.

Y pareció que terminó todo,
pero de mi interior un grito brotó, fuerte:

Un llamado a quien me amo tanto
surguió en medio de la duda y del temor.
Y me guió, como una estrella en medio de la oscuridad.
Fuiste tú, quien me encontró, 
lo supe al sentir tu abrazo.

Asi me llamaste 
y me levantaste
Contra toda suerte
salvaste mi corazón.
Brilla en la noche,
la luz que ilumina mi corazón.
Magia del amor.

Abrázame, como si fuera la última vez,
el mañana ya vendrá.
No importa el futuro,
el Destino no me asusta más.
¡Nada ya será igual!

No importan los vientos,
adversos o inciertos,
No importa el momento,
siempre estaré junto a tí.
Brilla en la noche,
la luz que ilumina mi corazón
Magia del amor.

Abrázame, como si fuera la última vez,
el mañana ya vendrá.
No importa el futuro,
el Destino no me asusta más.
¡Nada ya será igual!

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