Sírvase dos cucharadas soperas de nostalgia. Añádase a tres litros de recuerdos junto con varios trozos grandes de corazón mayugadón. Déjese marinar por varios días y déjese secar al viento en tardes de luna creciente. Puede espolvorearle fuertes dosis de suspiros y de ser posible compártalo. Seguramente alguien más querrá dejar ir toda esta receta en el rio de la nostalgia.
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