Soy la fuerza poderosa que levanta mares y desarraiga montañas.
Soy el suave soplo que alimenta aromas y arrastra nostalgias.
Soy la tremenda fuerza que está desde el principio del tiempo.
Soy el cincel sin hoja que desbasta impertérrito las cimas y los valles
Soy el clamor del silencio de día y de noche en todo momento.
Soy el sustento de todo ser vivo y su último aliento.
Soy el Aire y mi forma es el Viento.
Tras muchos años de trabajo y disciplina es que he llegado a sintonizarme como el Aire y el Viento.
No puedo decir que lo domino, más bien nos pertenecemos. El Aire es mi elemento.
Y es a través de sus dones: movimiento, cambio, adaptación, entusiasmo, perseverancia, innovación, exploración, que he llegado a hacerlos míos. Durante mucho tiempo intente compenetrarme con el Agua. Sus profundos misterios y sus nobles propiedades, me son conocidas pero a un nivel mucho menor que al del Aire. Sin embargo, el Agua se ha mantenido a distancia y en su introversión me ha negado cualquier avance. Mucho lo seguí intentando y sólo salí lastimado.
Pero aún mucho tiempo atrás había iniciado los Ritos de Fuego. Demasiado intensos, demasiado demandantes, demasiado ambivalentes; las Formas del Fuego me abrumaron y deje tales aprendizajes. Mas no he de olvidar que por breves momentos, tuve sincronía con el Fuego tal que parecería que era mi elemento natal. Fue así que llegué a los Ritos del Agua, con similares resultados. Los Ritos de Tierra me son inaccesibles por el momento, asi que ni hablar de ellos.
Mas los signos en el firmamento parecen confirmar lo que Ojo Interior también intuía de un tiempo para acá: que ha llegado el momento de reinciar los Ritos de Fuego. Estoy preparado. El Suave Viento, siempre protector (que delicia su contacto), me advirtió de los riesgos y los peligros: Demasiado Fuego y se consume el Aire, demasiado Aire y el Fuego lo incendia todo. No obstante el tiempo ha llegado.
Así pues retomo la Senda del Dragón, único camino para aprender los Ritos de Fuego y con ello me juego una gran apuesta en mi vida. Pero la Fuerza del Fuego me es necesaria ahora. La Senda del Águila ha sido masterizado, pero para las grandes hazañas del porvenir ha de ser necesaria la fuerza del Fuego. Sin temor por con sumo respeto ha de iniciarse este aprendizaje. Por lo tanto desde este momento inicia el Reinado del Aire de Fuego y con el todas sus virtudes y alabanzas. Sea bendecido por ambos Espíritus y llegue a buen término la Nueva Cruzada.
Soy aliento abrazador que azota estepas y llanuras.
Soy la chispa que enciende infiernos y fogatas.
Soy la energía vital de toda vida que respira y avanza.
Soy la Flama Divina que dio Ser al Mundo.
Soy la purificación de todo mal y toda malicia
Soy el Fuego y mi forma es la Llama.
Que el Aire y el Fuego entren en la Danza.
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