Desde la verde colina de Cerin Amroth, escucho, como Frodo, los graznidos de las aves marinas,
y como Legolas Hoja Verde, no puedo dejar de sentir como me traspasa el corazón ese sonido,
inundándome de una inmensa nostalgia y deseo de ir al mar. Del mismo modo, cada mirada a esta Bitácora,
me traspasa como llamado al Occidente y renueva mi fe y mis deseos de continuar dejando testimonio de ello
para ayudar a otros cansados viajeros. Sean así estas 4,000 miradas. Muchas gracias.
Hacia el Occidente sigo mi camino...
Alejandro de Andúnië
No hay comentarios.:
Publicar un comentario