Puedo decir ahora, -dijo Bonsái, que la vida no se acaba hasta que se acaba, que hay que vivir hasta el final, sean las circunstancias que sean, porque mientras haya vida, siempre, siempre, siempre, habrá un cuento que contar.
Vida mía, vida hermosa,
me soplas al viento tu nombre
gloriosa, eres mi aliento, mi fe
y me honras, dulce aurora.
Vida que das y que quitas,
que pruebas la materia de cada cual
me has dado fuerza y valor,
más no sin la prueba del dolor.
Vida que prodigas milagros,
efectos rotundos del valor,
gracias por darme tanto
gracias de corazón
Lágrimas al viento,
pasión que no muere
cure mi corazón un instante
ahora el camino sigue adelante
Yo quiero llevarte
en triunfo por la vida (lo sabes)
y tu voz y tu mirada
me lo dicen tan constante
Que se que al final
abrirás tu corazón para tocarte
desde el fondo del mío,
pasión incalculable.
Vida dueña de todos los misterios
a ti mi fe y mi coraje entrego
para ser digno de realizar
mi más preciado sueño...
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