viernes, 29 de mayo de 2009

En la lejanía y la añoranza


Me han dicho que mi esperanza es vana,
me han dicho que la lejanía enfría las cosas, las apaga,
pero lo cierto es que lejanía o no,
no puedo renunciar al olor de tu alma.

Ha sido un paso decisivo,
un paso sin vuelta atrás,
ha sido un saber intuitivo
verdad profunda, nada más.

Como Colón, he dejado todo detrás
izando la vela de la esperanza
tomando el timón de la fe
me dirijo al encuentro de mi mismo

Yendo hacia a ti, me dirijo hacia mí
terreno desconocido y conocido
tu reflejo vive en mí
descubro la nueva tierra

Que loco afán me arrastra a tí
si son tan pocas las certezas
que fuerza irresistible encuentro en tí
si son tan largas las esperas

Pero son las certezas que hay las que me elevan
las que me llevan, las que me duelen,
pues dejan marcas, dejan huellas,
esencias de vida y de belleza

Están ya presentes en todas partes,
a donde vaya, a donde te encuentre,
pero son sutiles, son presencias
que solo el corazón discierne

Entonces, pues, es claro,
porque muchos claudican
con el amor en la distancia:
terreno fértil de la duda...

Irónica ironía,
dudar de tu presencia
añorar tu lejanía
certeza en cobardía

Son las pruebas de los viajes,
son las pruebas de la vida,
que sólo a los deseantes errantes
se le otorgan en combate

Y si estas presencias están en todas partes
¿por qué aun denuesto tu ausencia?
¿por qué aun lloro la distancia?
Simple, ya has dejado tu marca

Una marca inconfundible
un dolor irresistible
un placer interminable
experiencia inenarrable

Y ha sido tal la potencia de estas presencias
que las vivimos cual cadente danza
alternando quien guía y quien canta
seguimos el camino que no acaba

No es, entonces, una queja
mi añorar tu presencia
es la vida misma que se afirma
su llamado a la dicha

Dicha que se vuelve plena, nueva, eterna,
cuando nuestras miradas atraviesan las distancias
no solo en lo físico, sino en las apariencias
y vemos la verdad en nuestras almas

¿No vale la pena salvar, pues estas distancias?
¿Por qué Marco Polo, Alejandro o Humboldt
en tan largas travesías arriesgaron el alma?
Por llenar el corazón de trascendencia

Y no hay más grande trascendencia
que amar y ser amado,
ser quien se es y asi haber logrado
triunfar sobre la oscuridad y el llanto

No hay distancia más grande
que la de un deseo apagado,
pero el corazón apasionado
llega más lejos mientras más anhelado

sea el encuentro con el ser amado
Sea pues este mi destino
vencer sobre los mares, los cielos y el hades
solo por ver tus ojos y morir en tus brazos...


Alejandro de Andúnië






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