Ahi se hunde uno en el pantanal de la nostalgia. No vayas para allá.
Es fácil dejarse convencer, hablar muchos formas de implorar y apelarán a tu lado más flaco.
Se jugarán y torcerán las estructuras de tu razón y de tu mente, se pondrá a prueba tu sentido de realidad. Se cuestionarán tus sentimientos, hasta que de ti mismo se te hará dudar. Te dejarán indefenso. Consumirán tu esperanza. Ahí donde todo afecto, amor y sentimiento han perdido, querrán que te despojes de tus sueños y, así, abatido, lanzarse sobre ellos y destruirlos. Para velar al muerto, hay que estar muerto como ellos, por eso, en el fondo desprecian todo sentimiento espontáneo y honesto. Toda sencillez y claridad, revela su estado putrefacto. Ve tú ahí, si quieres velar a un muerto. Casi me llevas ahí. Cuanto dolió darme cuenta. Entre retornar a los vivos y seguir velando al muerto elegiste ésto. Funesto destino, así sea.
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