sábado, 29 de noviembre de 2008

Gira la Tierra y llega el Nuevo Día



Gira la tierra y llega el nuevo día
a confirmar la forma de las cosas

abriendo puertas, despertando rosas,

y dando vida al hombre que dormía.


Viene con la palabra y la alegría
la afirmación, las frases amororsas,
el vuelo cierto de las mariposas,

la actividad, la fuerza y la energía.


Siente el hombre su sangre recorrerlo,

siente latir su corazón y siente
el gozo de la vida poseerlo.

Sabe muy bien que no es definitivo

y en su gran pequeñez está consciente

de ese diario milagro de estar vivo.


Neftalí Beltran. Poesía Completa. Fondo de Cultura Económica

sábado, 15 de noviembre de 2008

Las doradas hojas de mallorn


El post de esta ocasión está muy ligado al anterior, se aconseja enterarse de su contenido para comprender mejor la lectura de éste.

Los elfos aman vivir bajo las copas de los árboles. No es casualidad que durante la Gran Marcha al Occidente¹, una parte de los elfos hayan decido quedarse en los Bosques Antiguos de la Tierra Media y miles de años después se hayan reencontrado con sus parientes cuando los Elfos Noldor y de otras casas guiados por la Dama Galadriel y Celeborn llegaron a los lindes del Gran Bosque y fundaran Lothlórien. Por el amor que la Dama profesaba a todos los seres vivos, en especial a los árboles, y la profunda nostalgia que sentía de su tierra natal Valinor, ella, de los pocos seres que vieron con sus propios ojos la Luz de los Árboles, creo a los Mellyrn, (mallorn en singular), como émulo de Telperion y Laurelin en los Días Antiguos.

Los mellyrn poseen atributos de los Dos Árboles: un tronco liso y gris claro, casi plateado, unas hojas de un verde hermoso, con el envés plateado y unas flores doradas en primavera, pero déjemos al propio Legolas nos narre el asombro ante tan hermosas creaciones:

-¡Allí están los bosques de Lothlórien!-Dijo Legolas-. La más hermosa de las moradas de mi pueblo. No hay árboles como ésos. Pues en el otoño las hojas no caen, aunque amarillean. Sólo cuando llega la primavera y aparecen los nuevos brotes, caen las hojas, y para ese entonces las ramas ya están cargadas de flores amarillas; y los pilares del bosque son de plata, pues la corteza de los árboles es lisa y gris. ¡Cómo me alegraría el corazón si me encontrara bajo las enramadas de ese bosque y fuera primavera.

J. R. R. Tolkien, La Comunidad del Anillo, II-6.

De este modo, el solo hecho de evocar la imagen de Lothlórien es ya un goce y un descanso. Más adelante Tolkien nos da más detalles de la tierra de Lothlórien, tan poco vista y comprendida en las películas:

[Mientras que] En Rivendel se recordaban cosas antiguas, en Lórien las cosas antiguas vivían aún en el despertar del mundo. Aquí el mal había sido visto y oído, la pena había sido conocida; los Elfos temían al mundo exterior y desconfiaban de él; los lobos aullaban en los lindes del bosque, pero en la tierra de Lórien no había ninguna sombra.

Ibidem.

Debemos recordar que la Dama Galadriel ofrece a Sam Gamyi una cajita con un fino polvo gris y una especie de avellana, la cual al sembrarla dará origen a un árbol de mallorn, alto y espléndido y ahí donde estaba el Árbol de la Fiesta, el único mallorn al Oeste de las montañas y al Este del mar.

Amo a los árboles desde que tengo memoria, oír o ver cuando los talan me conmueve y altera como pocas cosas. En cambio, me solazo en su sombra y la media luz que se trasmina entre sus hojas, ya en el verde de la primavera o en el dorado del otoño. Me imagino caminando descalzo en la colina de Cerin Amroth, sientiendo el tibio aire de la tarde. Que puedo abrazar los mellyrn y sentir la vida corriendo por ellos, ver sus doradas hojas de otoño, y hacer un diario con ellas. Que me vuelvo hacia el sur y, como Frodo, puedo escuchar el sonido de unas aves marinas y más allá, el sonido tenue, pero inconfundible, del mar.

La belleza de los árboles de mallorn, el sonido que traspasa el corazón del mar, unidos en un sólo lugar decidimamente no son lugar para frágiles de corazón, pues son emociones que sobrecojen con pasión y un corazón sin fe puede quedar aplastado por tanta belleza y tanta nostalgia, aun así las visitas a Cerin Amroth me siguen siendo indispensable, quizás no sea tan débil como pensaba...

Antes del Sol y la Luna


Los árboles son seres maravillosos. Son quizá los seres vivos más longevos del mundo y algunos han estado aquí desde que el hombre estaba en los pañales de la civilización. En la literatura de Tolkien, más que en cualquier otra del género, los árboles y los bosques toman en sus relatos un papel fundamental, no son sólo un accidente geográfico ni un adorno del paisaje: son un personaje más.

Según las tradiciones de los Elfos es Yavanna Kémmentari, la valye, quien primero entretejió el pensamiento de los árboles en la Gran Canción, la Ainulindalë, y quien rogaría a Erú por la creación de seres que cuidaran de los bosques, los Ents, por supuesto.

Las tradiciones de los Elfos son vastas y narran historias muy añejas, por lo que aquí solo se contaran a manera de marco para otra historia, a quien le interesen las tradiciones de los elfos ha de consultar principalmente la Quenta Silmarillion, la Historia de los Silmarils, donde se narran estas y otras grandes hazañas. Como habíamos dicho, Yavanna creo a los árboles al tenerlos en su pensamiento durante la Ainulindalë. Con el tiempo ella cantó en el Ezellohar y ahí nacieron los Dos Árboles de Valinor: Telperion y Laurelin, que tuvieron muchos otros nombres.

Estos Árboles, centro de Valinor, emitian la luz que iluminaba al mundo, pues fueron hechos antes que el sol y la luna. Telperion tenía hojas verdes con los bordes de plata, donde emergía una luz de este color, en tanto que Laurelin, tenía hojas de un verde más claro, pero unas hermosas flores doradas que brillaban con luz de este color. Los Árboles brillaban alternadamente, en lo que uno se iba apagando el otro iba encendiendo. Así eran los Días Antiguos en Valinor, a la luz de los Árboles.

Profundo dolor y pena despierta en los elfos, y en nosotros, el recuerdo de la destrucción de los Árboles, por parte de verdadero Señor Oscuro, Melkor Morgoth, como se narra en la Nurtale Valinoreva, el Oscurecimiento de Valinor. Pero a partir de la última flor de Telperion fue creada la Luna, y del último fruto de Laurelin fue creado el Sol, por lo que su brillo sigue de algún modo con nosotros. Y aun quedaba en la Tierra Media un recuerdo de estos Árboles, pues de un fruto de Telperion, nació un árbol semejante en belleza y dignidad, más sin luz propia. De ese árbol nació otro que fue plantado en Númenor, y que fue destruido en la Akallabeth, pero afortunadamente Elendil salvó un fruto del árbol que fue plantado en su nueva morada y que es el Árbol Blanco de Gondor, aunque ya seco en el patio de Minas Tirith. De este modo, lo días de la Tercera Edad y los Días Antiguos están conectados, discreta, pero indisolublemente.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Problemas con la ley

Recién hice una denuncia anónima por internet por obras inconclusas públicas en mi localidad, pero lo importante fue que recibí un oficio donde me respondían por la denuncia. La cuestión es ¿Si la denuncia era anónima, por qué recibí un oficio de respuesta? La respuesta salta por obvia.

Para que el sistema de internet me dejará hacer la denuncia debía incluir algunos datos personales, a los cuales accedí dado que claramente decía el sitio que se mantendrían anónimos. Evidentemente no fue así. Lo peor del caso es que fue interpelado por las autoridades contra las que se levantó la demanda. Momento por lo demás incómodo y frustrante. Fue tremendamente impactante recibir la visita de estos funcionarios y más aún el tono de sus preguntas.

Al comunicarme con las personas encargadas del sitio donde levanté la denuncia la respuesta fue aún más frustrante, pues al explicarles el caso y reclamar la falta de respeto al anonimato me dijeron que la culpa fue mía por poner mis datos a lo que respondí que si conocían el sistema, a lo que respondieron que por supuesto que sí, entonces les dije que no era cierto, porque si no introduces esos datos el sistema no te deja enviar la denuncia.

Así pues me quedé con un agrio sabor de boca. Todos los poderosos siempre se molestarán cuando sea cuestionado su poder. Hay que tener cuidado, pero de ningún modo dejar de hacernos oír.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Sutiles y claros

Respuesta que tuve recién con un alma profunda:

Dije yo: Habría que resignarse a que esa comunión [con el ser amado] no tiene que ser necesariamente como uno quiere o como uno se imagina, el amor tiene caminos más sutiles y más claros, y por sutiles y claros estamos jodidos, porque precisamente [los humanos] le buscamos tres pies al gato siendo el amor algo tan claro. Habría que dejar fluir al amor en nosotros sin necesidad de distorsionarlo, pero ese es el sino de la civilización

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